
Mensaje de despedida de Karmele en su web antes de marcharse a la isla despues de haberlo negado en su misma web;
No es una despedida esta carta. Es una "hasta luego" para toda la comunidad que formáis las amistades de mi web. Para quienes, hasta el momento, me habéis mandado ánimos y fuerza por muchos conductos. Sé que estaréis ahí viendo lo que me pasa, lo bueno, lo duro, lo difícil y las requetepatas que meta. Y que también, en la medida que podáis, me votareis y estaréis a mi lado de forma telepático-virtual. Tened la certeza de que os llevaré en mi corazón, pensaré en nuestros buenos ratos, en las conversaciones, discusiones e intercambios de puntos de vista, siempre enriquecedores.
En muchas ocasiones os he relatado alguna de mis múltiples aventuras, bien en torno a mi profesión, bien porque la vida me las ha puesto delante y yo, amante del riesgo y de balancearme, cuando me sale de la peineta, por el filo de la navaja, las he vivido a tope. Unas veces consciente y otras no. Pero siempre según me ha dado el pálpito.
Pues bien, esta es una más. No voy a incurrir en el tópico de que es una "experiencia que merece vivirse" o "es algo que no podía dejar pasar". O todavía más cursi: "será lo mejor que me ha ocurrido en la vida". No. Me voy a la isla porque en mi lista de libertades, ganadas a pulso, está la de no dejar de hacer nunca nada que me apetezca. Y muy sabedora de que va a haber críticas feroces, burlas crueles, envidias turbias y, también, grandes dosis de positividad de la mano de gente que me conoce y me quiere. Y, porqué no, de la audiencia que ni es tonta ni me ha abandonado en mis momentos duros televisivos.
Voy a ser la que soy siempre. La Karmele que lleva luchando, por las causas sociales, entre la que está en los últimos años, la violencia de género. La amiga que se moja sin cortarse la lengua. La periodista que no nació ni en Tómbola, ni de Tómbola.
Así pues, os abandono, físicamente, durante un tiempo indefinido, pero me tendréis, supongo, hasta en la sopa, por la caja absurda y demoledora, retratadora de grandezas y miserias. Al revés, al envés y al viés.
Os dejo un pedacito de mi canesú azul, otro de mi mantilla blanca, una rosa y un clavel porque no sé lo que será ,será. Y una copla llena de besos, cariño y eso, tan denostado, llamado amistad.
KARMELEMARCHANTE.COM
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