lunes, 10 de diciembre de 2007

LLUVIA DE OSTIAS A JORGE JAVIER POR SU APARICION EN ''LA NORIA''(ESTUVO MUY BIEN LA VERDAD PERO LOS CRITICOS QUE NO SALEN LOS SABADOS SON UNOS HIJ..).

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Había de ser un masaje, pero el sillón se convirtió en peana para un ataque frontal a otros colegas. Seguramente, tendrá consecuencias graves. Me refiero a la aparición de Jorge Javier Vázquez, la madrugada de ayer, en La noria (Tele 5). Venía caliente el muchacho. Tras cinco años de Tomate, su nivel de malestar está colmado. No sé qué esperaba, francamente, después de todo lo que ha sembrado en su programa. Pero reconozcámosle una gran habilidad: su contrataque a los que le critican lo polarizó sobre su condición sexual. "Mira, el mariquita de la tele /../ Mira, la maricona del Tomate", señalaba Jorge Javier, airadamente, como ejemplo de los comentarios recibidos de sus críticos. Si esto es así, estamos con él. Eso no son críticas. Eso son exabruptos tan infames como lo que pretendían criticar. Ningún presentador o criatura televisiva --ni ningún otro ser humano, sea lampista, médico o abogado-- puede ser juzgado por su condición sexual. A Jorge Javier hay que analizarle por lo que hace en su programa, y no por otra cosa. Su calentura llegó al máximo cuando se refirió a aquella grabación que le hicieron en el programa Sé lo que hicisteis... (La Sexta), el día que participó en la fiesta del orgullo gay. Lo comentó agriamente, sin nombrar explícitamente al programa, pero advirtió con inequívoca intención y claridad: "No voy a aceptar que en un programa de TV se me llame continuamente borracho. Me pillaron una vez borracho, sí, pero yo trabajo en una productora en la que los jefes nunca han proporcionado cocaína a los trabajadores para que trabajen mejor. Trabajo en una productora en la que los jefes nunca han intentado, por los efectos de la cocaína y de la borrachera, abusar sexualmente de una compañera". Y concluyó, dirigiéndose claramente al citado programa de La Sexta: "Y ahora, eso, ponedlo". O sea, no podía ser más explícito. Ha sido una triple andanada: al programa Sé lo que hicisteis..., a su productora Globomedia, y a La Sexta, la cadena que lo emite. ¡Ah!, parece que en este gremio de bomberos, las mangueras comienzan a pisarse con rabia. Piense, no obstante, Jorge Javier Vázquez que enchufar el ventilador y salpicar no redime, ni disculpa, ni lava, las sistemáticas trampas y canalladas que cada día se generan en su Tomate.

FERRAN MONEGAL/EL PERIODICO.

Podría hablar de Jorge Javier Vázquez, cuya entrevista en La Noria seguí con mucho interés (y comiendo pipas). Momentazo el de las acusaciones de distribución y consumo de cocaína a esa productora (esperamos las reacciones, o no) y le doy toda la razón en lo de la desfachatez de los contertulios políticos de la tele. Podría hablar de Los hombres de Harrelson. No de la película que pusieron anoche, de la serie (aunque con el enlace ya me he adelantado), que también la pone Antena 3 en las mañanas festivas (y que me he estado tragando). Y ahora me acuerdo de lo que cantábamos en el cole: "Hoy es un día de fiesta, Luca me saca a bailar, Street me coge la mano y el negro de envidia se va". No éramos muy correctas pero es que el negro no nos gustaba tanto como Mark Shera o Robert Urich. Y las instituciones eran igual de incorrectas, incluso se celebraba "El día del subnormal", como se puede ver en anuncios a toda página en revistas viejas.

Aunque en lugar de centrarme en todo eso lo voy a hacer en la lista de las televisivas más sexies según la clasificación de AOL. Vale que la primera es Pamela Anderson (aunque la clasificación no era de las más tetudas) y que hay muchas jovenzuelas de series actuales pero el recorrido por las sexylongas es un recorrido por la historia de la tele, por La isla de Gilligan, La tribu de los Brady, Los Ángeles de Charlie y así (aunque faltan muchísimas, claro).

ROSA BELMONTE/ABC.

La otra noche compareció Jorge Javier Vázquez en Telecinco para ser debidamente homenajeado en ‘La noria’, el programa de Jordi González. Esa sección fija de autopromoción de famosos de la propia cadena es uno de los contenidos menos presentables de ‘La noria’. Todo consiste, infaliblemente, en enseñarnos al famoso, enarbolarlo como inmarcesible ejemplo de virtudes, trazar su hagiografía y reírle las gracias. Como el perfil hagiográfico depende de Jordi González, los rasgos que más adorno merecen son siempre un tanto extravagantes: de Vázquez, por ejemplo, nos fue encomiado aquel día del “orgullo gay” en el que se cogió una merluza de impresión y apareció luego enseñando la barriga y medio culo.
Después del perfil, Vázquez se prodigó en consideraciones siempre intempestivas sobre asuntos como, por ejemplo, el terrorismo, donde perdió una excelente oportunidad para callarse. Ahora bien, en la charla hubo un momento de interés extraordinario: ese en el que, acosado por Cuca García Vinuesa, que le llamaba “canalla”, el Tomate Jefe renunció a aparecer como un profesional de la información.
Lo que dijo Jorge Javier Vázquez puede resumirse así: lo que él hace no es periodismo; él no es un periodista, sino un “entretenedor” (definición que, por cierto, se atiene escrupulosamente al Diccionario de la Real Academia); en consecuencia, ‘Aquí hay tomate’ no puede ser visto como un programa de información, ni siquiera de información “rosa”, sino como algo completamente distinto, un espectáculo que sólo busca entretener mezclando verdad con mentira y churras con merinas.
Esta confesión o declaración de Jorge Javier Vázquez es muy importante: aclara las cosas y despeja el ambiente. Ahora, para ser enteramente coherente con el discurso de Vázquez, Telecinco debería introducir algunas modificaciones en ‘Aquí hay tomate’. Por ejemplo, en la apertura del programa podría poner un rótulo impreso en pantalla que rezara: “Esto no es periodismo. Cuanto aquí se diga no tiene por qué ser verdad”.
Lo digo completamente en serio. La medida permitiría al comunicador (o “entretenedor”) trabajar más a su aire, sin cortapisa alguna; el público, por su parte, sabría a qué atenerse y no juzgaría al programa con criterios equivocados; la cadena, en fin, cumpliría con las normas deontológicas convencionales, que insisten en que siempre se separe bien clarito lo que es información de lo que no lo es. Y no se piense que la paladina confesión iba a disuadir a los espectadores habituales de ‘Aquí hay tomate’: éstos ya saben que ese programa no hay que verlo para informarse, sino para satisfacer otro tipo de necesidades. Vázquez tiene razón.

JJ ESPARZA/COLPISA.

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