-CAROLINA CEREZUELA.
¿Cuál es el mejor momento para tomar un café?
A diario, todos los días me levanto a las seis y media de la mañana, lo necesito.
¿Le gustaría tomarlo con alguien en especial?
No, con quien me lo quiero tomar es con quien me lo tomo. No tengo ese sentimiento típico de mitomanía, no soy fan de nadie.
Lleva un ritmo muy ajetreado...
Sí, ya llevo dos años y medio con un ritmo muy intenso, además de grabar las dos series, cuando llega la noche acabo siempre envuelta en alguna presentación o en algún tipo de evento. Empieza a preocuparme porque me estoy acostumbrando a este ritmo, duermo tres horas y ya no se me nota, estoy empezando a pensar que es hora de parar un poco.
¿No se ha planteado prescindir de Camera café?
No, es un lujo poder continuar en una serie como ésta, que rompe con cualquier monotonía y descoloca los métodos de trabajo a los que solemos estar acostumbrados.
Parece que disfrutan como niños rodando esta serie...
Así es, lo mejor es el bocata de la una, ese es nuestro marujeo particular. En ese momento nos reunimos todos y nos contamos nuestras vidas.
¿Cómo valora su participación en Hospital Central?
A la gente le ha gustado mucho la trama y el personaje de Vero ha tenido muy buena acogida, estoy muy contenta.
Y la gente, ¿le llama Mónica o Verónica cuando la ve por la calle?
Ya respondo a cualquier nombre, Mónica es un personaje muy querido entre los seguidores de Camera Café pero ya se me empiezan a acercar algunos llamándome Vero.
¿A cual de las dos se parece más?
Cuando se trata de interpretar a un personaje pones algo de ti pero también te quedas cosas de él. De Mónica me quedo con su capacidad para frivolizar sobre ciertos temas, y de Vero con su capacidad de reacción; no es dura ni fría pero tiene la serenidad necesaria para afrontar todas las situaciones que se le presenten.
Verónica tiene una relación con Maca, ¿cómo llevó el realizar escenas amorosas con otra mujer?
Bien, de verdad. Es la pregunta del millón pero no me ha supuesto ninguna complicación. A Patricia (Maca) la conocía de antes, trabajamos juntas en la serie de Paraíso, y eso hace que todo sea mucho más cómodo. Estamos realizando un trabajo y es algo normal. A cualquier actor le gusta hacer papeles que disten mucho de tu realidad personal, porque hacer de tí misma no tiene gracia. Por eso, asumir este tipo de retos como el hacer de lesbiana, que nunca me lo había planteado, me genera mucha adrenalina. Al fin y al cabo es un simple beso, no es nada más.
¿Podría elegir a uno de los personajes de Camera Café?
Me quedo con Jesús, es un personaje brillante y Arturo Valls está que se sale en ese papel.
¿Qué vamos a ver en esta nueva temporada de la serie?
Tenemos nuevos vasos y nuevas tramas. Mónica sigue con su relación de amor odio con Jesús y tendrá ligues esporádicos fuera de la oficina pero nada serios, es demasiado materialista.
Últimamente está muy metida en el terreno de la publicidad y la moda, ¿quieres abrirse camino en ese mundo o lo considera un extra?
Es un extra, todas las presentaciones y los desfiles que me parecen interesantes. Muchos son culpa de amigos que acaban liándome, y no quiero olvidarme de toda esa gente que me ayudó cuando yo estaba empezando.
¿Le ha tirado los tejos el cine?
Sí, me llegan proyectos pero mi gran problema con el cine son las fechas, he aceptado una comedia pero empezaría a rodarse en enero y ésa es la fecha en la que las dos series se intensifican así que no sé si finalmente podré hacerla. Ya no es sólo que pueda desplazarme a los rodajes, necesito tiempo para estudiar los guiones.
¿Qué opina de que Escenas de matrimonio haya ocupado vuestro lugar en la parrilla?
Ya estamos acostumbrados, la temporada pasada nos pasaron a los fines de semana durante unos meses. Nosotros queremos nuestra franja horaria y la reivindicamos pero también teníamos miedo de que el público se cansase y a base de tanto repetir capítulos se llegara a quemar la serie. Está bien que nos den un tiempo de relax y luego en enero se vuelva al ritmo habitual.
¿Aparecen amigos por todas partes cuando te haces famosa?
Muchos, sobre todo amigos que no conozco. Hay mucha gente que sólo te han presentado una noche y se presentan como grandes amigos. Yo me voy a Alicante y estoy con mi gente de toda la vida, allí conservo amigos del colegio y la facultad.
¿Qué cualidad suya resaltaría?
El optimismo
¿Hay alguna pequeña manía de la que no pueda huir?
Sí, que no sé ir sin pendientes, no lo soporto. Soy alérgica a todo lo que no sea plata así que siempre llevo otro par en el bolso por si tengo que quitármelos no quedarme sin nada.
¿Qué aficiones tiene?
Me gusta montar a caballo, los animales, leer, hacer deporte, cuando puedo voy al gimnasio. Me gusta mucho tomar una copita de vino con mis amigos a las ocho o nueve de la tarde y contar cómo ha ido la semana; el llamar a un amigo y decirle "Código rojo, estoy fatal" (risas). Ese sabor de las pequeñas cosas es lo que me anima con este ritmo de trabajo.
¿Cómo le gustaría verse dentro de diez años?
Me gustaría verme con mi trabajo, mi familia, mis hijos, mis niños correteando por la casa, y con mi hogar. ¡Pero sobre todo con mi familia cerca!
-GONZALO TOLEDANO y NURIA VERDE.
¿Cuáles son los motivos que os han llevado a escribir este libro?
Principalmente la falta de manuales de este tipo y el enorme interés actual por todo lo que rodea a las series de televisión. Es más, si hasta hace unos años, todos teníamos en mente escribir un libro, en la actualidad, todos tenemos una idea para una serie de televisión. El problema es que si el formato de la literatura es, más o menos, sencillo, el de una serie es algo más complicado y necesita una explicación.
¿A quién está dirigido este manual?
A todos aquellos que tienen en su cabeza una serie de televisión y desean comenzar a darle vida.
¿Qué factores conviene tener presente si nos lanzamos a escribir un guión?
En primer lugar, que como todo en esta vida, precisa de un aprendizaje y una etapa de rodaje. Y en segundo lugar, que a pesar de los muchos inconvenientes y miedos, todo, todo es posible.
¿Es correcto hablar de temas en una serie?
Sí. La mayoría de las series que han pasado a la pequeña historia de la tele versaban sobre un tema, el cual les daba unidad. Por ejemplo, Cheers. Esta serie que narraba las andanzas de un bar de Boston, en realidad hablaba de la importancia de la amistad como sustituto de la familia tradicional. Por eso, ninguno de los protagonistas formaba parte de un núcleo familiar modélico. Sam era un don Juan soltero y fóbico al compromiso. Norm, un hombre casado sin hijos a quien le aterrorizaba la idea de regresar a su casa y estar con su mujer. Y Cliff, un tipo de unos cuarenta y que aún vivía con su madre anciana. Estaba claro que para todos ellos, su verdadera familia era el bar.
En el libro comentáis que antes de comenzar a escribir debemos tener en cuenta una serie de pautas básicas.
Efectivamente. Para aprender a nadar lo mejor no es lanzarse al agua sin más. A no ser que uno esté pensando seriamente en el suicidio. Por eso, antes de nada, lo más seguro es aprender la técnica, estirar los músculos y buscarse una piscina a la medida de nuestras posibilidades.
¿Qué sensación le queda a uno cuando participa en la creación de series como 'Lobos', con una gran crítica, y sin embargo la audiencia le da la espalda?
Gonzalo. Una sensación agridulce. Por una parte te sientes bien con el trabajo realizado, pero por otra, sientes que no has logrado el objetivo deseado de toda serie, llegar al público.
En muchas entrevistas se cita a la biblia de una serie, ¿en ficción, a que nos estamos refiriendo?
La biblia no es más ni menos que la serie escrita en papel. Se trata de la receta perfecta para elaborar el mejor plato televisivo. O sea, una descripción detallada de todos los ingredientes que componen la serie, personajes, sinopsis, arranque, tono, estructura, pitch…
¿Es el pitch la parte más importante de una biblia? ¿Si fallamos en este punto más nos vale darnos por vencidos?
El pitch, el eslogan de la serie, últimamente está adquiriendo una gran importancia. De ahí que sea un punto muy importante en la biblia, pero no vital. Lo que sí es evidente es que si una cosa no nos entra de primeras, difícilmente nos haremos con ella.
El libro dedica uno de sus apartados al Punto de Partida. Son muchos los directores que dicen que una determinada serie mejora mucho a partir del segundo o tercer capítulo. ¿Qué sentido tiene eso, si ya nos desilusiona el primer capítulo?
La televisión es una industria donde no se permiten los errores y debes tener éxito desde el primer segundo. Por eso, cuando alguien dice que su serie mejora en el tercer o cuarto capítulo, no está más que justificando un “fallo”. Una serie debe ser buena desde el primer momento, desde la cabecera. Aún así, es cierto que los equipos de grabación, a medida que van haciendo capítulos, adquieren cierto rodaje y eso permite que los episodios mejoren con el tiempo. De ahí que actualmente es frecuente empezar a grabar las series por el capítulo 3. De esta manera, el primero carecerá de esos pequeños desajustes propios de un trabajo nuevo.
¿Cuantos guionistas suelen trabajar habitualmente en una serie de ficción?
Depende. En esto, cada maestrillo tiene su librillo. No hay un estándar ni aquí ni en EE.UU. Por eso, podemos encontrarnos con ejemplos tan monstruosos, en el mejor sentido de la palabra, como el de Aaron Sorkin quien se escribió la primera temporada de El Ala Oeste de la Casa Blanca él solito.
¿Soléis tener los guionistas libertad absoluta a la hora de decidir el rumbo de las tramas o estáis obligados a seguir unas determinadas pautas?
La libertad absoluta no existe, es una utopia. Por encima de ti siempre hay un coordinador de guiones, una producción ejecutiva y una cadena de televisión que tienen sus propios criterios. Se pueden discutir, pero ya se sabe… Además, el trabajo de guionista depende de otros factores como los actores. Por ejemplo, tienes preparada una súper historia para uno de tus personajes y va y a última hora el tipo decide rescindir su contrato, sufre un pequeño accidente doméstico o se embaraza y adiós a tu trama…
A la hora de construir los personajes de una serie comentais que se deben crear 3 tipos de marcos para dotarles de rasgos. Sin embargo, ¿estos marcos no se van desarrollando a medida que avanza la serie? ¿O desde un principio se tienen que plasmar en la biblia?
En la biblia de la serie debe estar escrito todo. Es más, no debe haber ningún agujero negro ni incógnitas por resolver. Otra cosa es que luego, a la hora e la verdad, se cumpla a rajatabla lo escrito. Pero ya se sabe, las series son como organismos vivos que nacen, crecen y mueren.
En un equipo de guionistas, ¿cómo se reparte el trabajo?
Depende de las series, productoras y demás factores. Aunque por regla general, hay un equipo de tramistas que buscan escriben y plantean las tramas. Un equipo de guionistas que dan forma a esas tramas en guiones. Y un coordinador que dirige, decide y manda sobre todos los demás.
¿Existe en España miedo por realizar las llamadas series solistas tipo 'Aída'? ¿Es mejor crear una serie pensando en una serie coral?
Una serie solista, donde lo importante es el actor principal como House es una bomba de relojería. Por ejemplo, sin ir más lejos, últimamente hemos sabido que Hugh Laurie está deprimido y necesita un descanso. Si esto se produce, qué pasa, ¿se para la grabación de la serie? Pues sí.
¿Qué son los arcos en una serie de ficción?
Los arcos son las trayectorias vitales de los protagonistas de tus series. Su evolución del capítulo uno al último de la temporada.
Normalmente el guionista que toma parte en la creación de una serie, suele formar parte del equipo de guionistas, ¿no?
Debería ser así, pero no siempre se cumple esta regla. La industria televisiva no es un ente animado que actúa bajo unos criterios o reglas preestablecidos. La industria, en el fondo, no es más que un grupo de personas que al final deciden en función de sus propios criterios, gustos y demás circunstancias personales.
¿Cuál es el siguiente paso a dar una vez escribes un proyecto y/o el capítulo piloto?
Venderlo, sin lugar a dudas. Una vez has terminado tu labor de guionista creativo, llega el momento de comenzar tu trabajo de guionista ejecutivo. Para ello también hay una serie de pautas, reglas y consejos que te pueden echar una mano en este proceso tan complicado o más como escribir.
En el libro habláis del Efecto Vilches y del Efecto Comisario para reflejar los cambios que pueden darse en la serie con los personajes.
Sí, ambos efectos demuestra una vez más que las series son organismos vivos y como tales evolucionan. Por ejemplo, cuando tenemos un hijo pensamos que de mayor será abogado, pero la realidad es que el chaval crece y al final se hace escritor de relatos porno. Pues las series igual. Al principio te imaginas un Vilches con una importancia relativa, y al final se convierte en la cara de la serie. Al principio te imaginas un Comisario Castilla como la cara de la serie, y al final se convierte en un ser pegado a una silla que no sale de comisaría.
Las nuevas series rompen con la clásica estructura de los tres actos? ¿Evolución o cambio puntual?
Yo creo que nunca se rompe con los tres actos. Esta estructura pervive desde Sóflocles y es prácticamente imbatible. Lo que sí es cierto es que ya no se sigue a pies juntillas y los guionistas ahora somos capaces de alterar el orden de los actos, omitirlos o desdibujarlos.
Telecinco está estirando 'Yo soy Bea' debido a su gran éxito de audiencia. ¿Eres partidario de esta táctica, a pesra de que la historia no avance?
Sí, porque en el fondo la historia avanza. ¿Cómo? Desarrollando y dando mayor importancia a los personajes secundarios. Si analizamos la serie desde el primer capítulo nos damos cuenta que la historia de Bea y Álvaro cada vez pierde más peso cuantitativo frente a la del resto de personajes secundarios. Actualmente, Bea es importantísima, pero también lo son Cayetana, Bárbara, Jota o Elena.
'El internado' fue la serie revelación de la pasada temporada, ¿qué te parece?
Un producto diferente y muy bien hecho que esta temporada tendrá su verdadera piedra de toque. No olvidemos que la temporada pasada fue muy corta (sólo 6 capítulos).
Qué es más importante a la hora de escribir, ¿la originalidad o la manera de contar las cosas?
Las dos cosas son inseparables. Por muy bien que cuentes las cosas, sin originalidad no pasarás de ser uno más, un artesano del guión. Y con mucha originalidad pero sin saber contar las cosas, sólo serás un tipo divertido de ideas brillantes pero sin oficio.
¿Se aprende a escribir guiones leyéndolos?
Sí, pero mucho más, pero mucho más y mucho mucho más, escribiéndolos.
¿Merece la pena ser guionista?
Si te gusta escribir, ver la tele, el cine, los comics, la literatura y disfruta imaginándote historias en tu cabeza, sí.
-NORMA RUIZ.
¿Cree, como diría su personaje, que la maldad habita en los feos?
¡Pero si Bárbara ni siquiera se plantea si es buena o mala! Tiene unos objetivos y cree saber cómo conseguirlos. En su mundo, una persona que no se cuida es un bicho que debe desaparecer y si encima son inteligentes más.
¿Y qué es lo que habita en las cabezas hermosas y rubias?
Instinto de supervivencia. Bárbara viene de una familia humilde y no quiere que nadie se de cuenta, por eso ha creado su propia imagen y su propio mundo. Ella no tiene maldad, pero sí mucha ingenuidad e inocencia.
¿Sabía que la serie la ha convertido en un icono gay?
¡No lo sabía! Pero creo que lo que más les puede gustar es que se trata de un personaje muy femenino, divertido, explosivo y muy estético.
Su carrera iba dirigida hacia el baile flamenco...
Empecé bailando y tuve la oportunidad de trabajar con Antonio Canales. Siempre me consideré una bailarina que actuaba, pero una lesión me hizo reconducir mi carrera. Sin embargo, lo que me obsesiona ahora es ser la artista completa, que canta, baila e interpreta.
Pero le impideron entrar en el casting de Un paso adelante.
Creo que se ha exagerado mucho con este tema. Yo intenté acceder a las pruebas porque creí estar capacitada e hice todo lo posible por entrar: mandé vídeos, fotos, etc. Sin embargo, descubrí que sólo se podía pasar si tenías un representante y yo no lo tenía. Pero como en esta situación me he encontrado en mil. Ahora que me he hecho un pequeño hueco, las cosas se vuelven más sencillas.
A estas alturas algo se le habrá pegado de Bárbara...
Vivo tan intensamente los personajes que sí me ocurre algunas veces... ¡Aunque lucho constantemente contra ello! Una de las cosas que me pasan es que, como Bárbara es tan ignorante y dice los tecnicismos mal, ahora siempre dudo al hablar y creo que estoy metiendo la pata.
-JUANJO ARTERO.
¿Qué le ha hecho mantenerse tanto tiempo en la serie?
Sobre todo, que el público nos respalda. El comisario ha ido creciendo; empezó bien y ha sabido evolucionar, en los argumentos y en los personajes. Ha mejorado. Durante este tiempo, la serie me ha permitido crecer como actor, además de realizar otros trabajos.
¿Seguiría con la serie otros tantos años?
No lo sé. A lo mejor sí.
El equipo será ya una gran familia...
Claro, tanto los actores como los técnicos. Unos empezaron en un cometido y ahora son jefes. Otros han tenido hijos, como yo. Hay mucho cariño.
Cuando empezó en Verano azul era un preadolescente. ¿Ya entonces llegó a la interpretación por voluntad propia?
Nunca fui buen estudiante y se me ocurrió hacer teatro con otros compañeros en el colegio. Unos profesores me dijeron que yo había nacido para las tablas, aunque me recomendaron no dejar de estudiar nunca. Además, me regalaron un libro, Mi primer libro de teatro y lo estaba leyendo en la piscina cuando me vio Mercero.
Verano azul se convirtió en un arma de doble filo, al tener que despegarse del eterno Javi de la pandilla...
Está claro que sí. Todavía lo es. De repente publican en una revista que yo pasé de Verano azul a El comisario y luego empecé en el teatro, cuando para hacer lo que estoy haciendo he tenido que pasar por infinidad de montajes teatrales. He recorrido el mundo haciendo teatro, he hecho cuarenta obras, entre ellas muchos clásicos. Tengo premios en Miami, he tenido compañía propia.
El camino no fue fácil después de la serie juvenil.
Fue duro pero enriquecedor, unos años muy bonitos. Cuando Miguel Narros me hizo una prueba para La discreta enamorada, que fue una obra muy importante para mi carrera, yo ya había hecho de galán en dos Lope de Vega con mi compañía. Cuando no te llaman tienes que golpear tú la puerta.
Su físico le predispone a papeles de galán...
Ya, pero eso lo he ido rompiendo con los últimos personajes que he escogido en teatro. Uno tiene el físico que tiene. Ya sé que no me van a llamar para hacer Sancho Panza. Un actor tiene que saber dar un giro a sus personajes y adaptarlos. Durante una temporada me llamaban para darme papeles de pijo, y desde que estoy en El comisario para todos los chulos.
En teatro tiene una gran trayectoria. ¿El cine es una asignatura pendiente?
Me llamaron, pero no pude aceptar por la serie. Y me ha dolido decir que no a algún proyecto. Pero todo llegará, y si no llega es que no tiene que ser. Que me dejen como estoy que así me siento contento y me considero un privilegiado. Hay otros actores con más talento que no han tenido las mismas posibilidades.
En todo caso, su carrera ha estado marcada por la televisión.
Más de cara a la galería. El rodaje de Verano azul duró dos años, pero como la han repetido tantas veces parece que fue toda una vida. He estado más de veinte años en el teatro, pero claro no te pueden ver más de quinientas mil personas en una obra. La televisión te abre puertas pero también te puede estampar de golpe si no tienes cuidado. Ahora ha venido muy bien para la profesión la cantidad de series que se hacen porque abre camino a mucha gente. Hay más tarta para dividir. Además, ha subido la calidad de las series, funcionen o no en audiencia.
También vive un buen momento en la escena al trabajar al lado de Lola Herrera...
Lola es una persona para conocer porque te enriquece. Es mucho más fácil trabajar con una buena actriz, y sentir sus ojos mirándote en el escenario. Me ha ayudado, apoyado y dado mucha confianza porque los ensayos fueron difíciles, aún más teniendo que dar clases de baile de forma acelerada. Es un regalo de esta profesión.
-EDU SOTO.
Resulta raro no verle esta temporada con Buenafuente, en La Sexta...
Yo lo he vivido como irme fuera de casa, me recuerdo cuando dejé de vivir con mis padres. Ha sido una decisión difícil porque es un gustazo trabajar al lado de Buenafuente pero me hago mayor y ahora comparto piso. ¿Volar? Más que volar estoy en un momento de cambio. Cuando llevas mucho tiempo en un sitio hay que variar porque es un síntoma de aprendizaje.
¿Llegó a hartarse de El Neng?
No. Me divertí mucho y me ha dado a conocer. El Neng es una anécdota dentro de los personajes que hicimos en el programa, pero aquel personaje tuvo especial gancho. Por eso me fui y empecé una nueva etapa.
Gracias a El Neng se convirtió en Mortadelo...
Sí. Fue una experiencia agotadora, con tres meses de rodaje. El cine es otra puerta que se está abriendo y que me interesa mucho. El 16 de noviembre se estrena Luna en botella, una película en la que no hago el tonto. La película gira en torno a un escritor, un negro escribe para consagrados. Ahí se me ve con otro papel bien distinto.
¿Cómo quiere verse en el futuro? ¿Abandonará la comedia?
Yo quiero que la vida me sorprenda. Lo bonito es hacer muchas cosas. Nos tenemos que dejar llevar y ahora he encontrado diferentes sitios donde expresarme.
Para hacer El rey de la comedia se ha rastreado España en busca de cómicos. ¿Ha visto mucho talento entre gente desconocida?
Yo creo que sí. El humor se considera en España serie B. Jamás van a dar un Goya a un humorista o un actor cómico; resulta difícil demostrar que eres un buen actor y encontrar el reconocimiento. Javier Cámara es un ejemplo. Era un pedazo de actor en 7 vidas, pero hasta que no hizo la película con Almodóvar la gente no le consideró. Es injusto para él y para todos porque hacer reír es muy difícil. Además, no hay escuela para que se dé a la comedia la importancia que tiene. Hay días que no te apetece hacer ninguna gracia y tienes que provocar la risa.
¿Que condiciones tiene que tener un buen cómico?
El ritmo es algo innato a la comedia. Y hay que tener mucho cerebro. Los buenos humoristas suelen ser gente muy inteligente. No lo digo por mí, que tarde en sacarme el BUP y el COU, pero los humoristas tienen que estar pendientes de muchas cosas, de no herir la sensibilidad de nadie, pero a la vez ser trasgresor, y dar un giro si ves que el público no se ríe. Es como una matemática un poco compleja.
¿Hay buenos humoristas en España?
Sí, pero hace falta arriesgar más. En España no queremos inventar nada, todo lo compramos y hace falta hacer cosas más nuestras. Faemino y Cansado dieron en su día un salto, pero, salvo excepciones, nos quedamos en el ji ji, ja ja. Hace falta espíritu cañero.
¿Y los españoles nos reímos mucho?
Sí. El clima, el sol, las terracitas...España es un país de actividad social y de calle. La gente se lo pasa bien, por eso atraemos a tantos turistas.
¿Qué diferencia hay entre el humor catalán y el andaluz?
Hay matices. En el campo del humor, la NBA es Andalucía, pero los catalanes también tenemos nuestra gracia. Aquí hay mucha mezcla y mucho charnego. En cada sitio el humor es distinto, incluso entre diferentes círculos sociales. Pero yo confío plenamente en el humor universal.
¿No se llegará a encasillar en el humor?
Suele pasar que siempre te llamen para lo mismo, pero a mí no porque soy muy cabezón. He estado currando mucho tiempo con el propósito de hacer un poco de todo y no me gustaría que sólo me llamasen para hacer reír a la gente.
-MANUELA VELASCO.
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